- Reportaje recopilado de la sección de las Asociaciones del Anuario de la Federación Criadores de Caballos Raza Chilena de 2017.

Aunque don Tulio Hafemann lleva poco más de 35 años criando caballos chilenos, su pasión por el noble animal se remonta a su niñez cuando en los campos de su padre salía a montar. Ahí nació ese amor que hoy lo tiene como un destacado criador, recopilador de variadas e interesantes sangres y protagonista de las exposiciones gracias lo realizado en el Criadero Huichahue.

"Desde chico teníamos nuestros caballos, de campo, no inscritos, y después empecé a buscar para la crianza. Fue así como empecé a criar hace unos 35 años, cuando comencé a correr la vaca gracias a un amigo que me entusiasmó, que fue don Miguel Lamoliatte, dueño del Criadero La Mañana, a quien le compré unas yeguas. Le compré la Buenamoza y otras yeguas de muy buenas sangres, empecé a practicar y me decidí a salir a rodeos oficiales", cuenta don Tulio, quien compartió una amistad con el dos veces campeón de Chile de rodeo.

Luego vendría su interés por la crianza, dejando un poco de lado el rodeo. "Partí con el potro Bramadero Tintero, que tenía sangre del Rascucho, y estaba entre los mejores de Chile, y por eso lo compré. Y lo empecé a cruzar con las yeguas que había comprado. Posteriormente tuve al Correntoso Querendón, que me dejó gran descendencia, que era Guaraní, y nunca más compré hembras, salvo las iníciales, y me he ido quedando con las hijas de las primeras madres para ir reproduciéndolas", recuerda.

Hafemann también tiene algo de Santa Elba con un curioso dato. "Siempre fui comprando potros, buscando selecciones de las que me gustarán a mí, por ejemplo el Estribillo. Tuve al Santa Elba Rotito, que se lo compré directamente a don Ramón Cardemil, y era hijo del Bellaco, y que también me dejó muchas crías. Antes el mismo don Ramón vino y me compró el Huichahue Rotito en una coincidencia de nombres. Al que compré yo le saqué muchas crías, fui a exposiciones y ahora tengo muchas hembras de ese potro. Tuvo también muy buenos resultados en la rienda", explica.

"Siempre he tratado de ir mejorando, y de hacer una buena selección de los potros para ir mezclándolos con las yeguas que me han salido bastante buenas. En ese sentido he tenido suerte, y me ha ido bastante bien, y la verdad es que es un orgullo que a uno le vaya bien", añade con entusiasmo.

Don Tulio dice tener bueno ojo y eso le ha permitido llevarse varios premios: "Me gustan los caballos que sean de mediano porte, de mucho adorno, que tenga una linda cabeza, que den un buen golpe de vista. He llevado muchos productos a la Sofo de Temuco, y me ha ido bien, con hartos premios, mejor de la raza, reservados. Me acuerdo de la Cerveza, la Ruleta, la Rotita, el Rotito, el Querendón, y así varios potros que he tenido que han competido".

"Cuando uno comienza en esto, no se imagina los premios pero a uno cuando lo premian se llena de alegría, y más encima que tengo una barra tremenda en mi esposa, mis tres hijas, mis nietos y hasta mi bisnieto que tiene dos años, ya anda montado de a caballo, así es que la herencia parece estar garantizada", finaliza.