CaballoyRodeo.cl Anuversario 20 AñosFederación Criadores de Caballos Raza Chilena
Caballo y Rodeo
Portal oficial de la Federación Criadores de Caballos Raza Chilena y la Federación del Rodeo Chileno

El Criadero Colemu, la pasión de Arturo Lavín, un estudioso del Caballo Chileno

El Criadero Colemu, la pasión de Arturo Lavín, un estudioso del Caballo Chileno
El criador y estudioso del Caballo Chileno representó a la Asociación Cauquenes en el Anuario de los Criadores de 2017.

- Reportaje recopilado de la sección de las Asociaciones del Anuario de la Federación Criadores de Caballos Raza Chilena de 2017.

Corría 1967 y Arturo Lavín Acevedo, un huaso de tomo y lomo pudo por fin materializar su gran anhelo: Comenzar a criar a caballos chilenos con todas las de la ley en el recién fundado Criadero Colemu.

Desde ese lejano verano han pasado más de 50 años, mucha agua bajo el puente y sobre 250 caballos inscritos, algo que Lavín valora, dado que esa historia incluso va más allá: "La verdad es que el origen ancestral del Criadero Colemu, que quiere decir Agua del Monte, es medio relativo porque el hermano de mi abuelo materno tenía caballos chilenos no inscritos, y mandaba sus yeguas a ser cubiertas a la zona de Loncomilla, zona donde antiguamente estuvieron y dejaron reproducción el Bayo León y el Azogue".

"Eso me lo contaron, porque no lo viví, pero sí siempre hubo en esos campos familiares yeguas chilenas no inscritas muy buenas para las labores del campo, y ahí me críe siendo cabro chico. Ya más grande, con 13, 14 años fui a la exposición que se hacía en la Quinta Normal, supe de la Asociación de Criadores de Caballos, me compré el Anuario de 1962, y me empecé a meter en el tema, y desde ahí empecé a juntar plata para comprarme una yegua inscrita. Fue así como en 1966 le compré a la familia Dinamarca una yegua criada por don Edmundo Moller, la Casas de Renaico Lacónica, que venía cubierta por el Costalazo, que era hijo del Curiche Alcatraz II y la Correltue Timbirimba II, que eran dos caballos extraordinarios y ahí me  parió  el  primer  potrillo, el Llaigún, en enero de 1967, y de ahí no he parado", cuenta don Arturo.

Y como buen apasionado, Lavín debió comenzar a estudiar y lo hizo bajo su propia ley. "En mi familia todos andaban de a caballo, pero no se sabía de líneas de sangre, ni de familias, así es que me transformé en un autodidacta. Tuve la suerte de alcanzar a comprar 'El Caballo Chileno', de Uldaricio Prado en la antigua oficina de la Asociación, que estaba en un subterráneo en Agustinas. Ahí también me compré el Stud Book 1, 2 y 3, usaba archivadores, me aprendí hasta las inscripciones de los potros importantes y ya después de la problemática política que hubo en los 70 me empecé a comprar las yeguas que me pudiera alcanzar con mi sueldo. Fue así como comencé a probar con la línea de El Batro, que era de Pedro Juan Espinoza, que yo lo había visto en Ovalle en 1966. Acá en Cauquenes estaba el Criadero Tomenelo, que fue muy importante en su tiempo, y que estaba hecho sobre la base de un hijo del Lircay y de la Ausencia, La Mañana Barrabás, y ese potro dio muchos caballos corraleros que se hacían prácticamente solos, porque no había arregladores de mucha fama, y atajaban sin problemas. Yo compré seis hijas del Barrabás y dos nietas, y el año 1970 y algo, se remató el último hijo del Barrabás en la FISA y con un amigo fuimos y lo compramos, así es que esa fue la familia Lircay, que es la base de lo que tengo hoy y que es una sangre que está casi perdida por la línea masculina", narra Lavín.

"La otra línea que tengo es la del Quillacón, de don 'Chanca', Santiago Urrutia. A esos caballos yo los conocí muy bien porque él era medio pariente mío y eso me llena de orgullo. Esos caballos eran extraordinarios, y yo tengo un hijo del Bozadillo, que era de Carlos Bermúdez", añade Lavín, quien cuenta que también tuvo al Taquito y al Farandulero, potros que dejaron en Colemu yeguas "bien encachadas".

La crianza de Colemu está basada en el rodeo. Eso es algo que Lavín destaca y no solo él, puesto que según cuenta, la gente de Cauquenes tiene muy bien catalogado a los caballos de su criadero, aunque dice que deben tener la paciencia necesaria, dado el carácter heredado del Lircay.

"Acá dicen que son caballos chocadores, que van a la atajada sin problemas, pero algunos encuentran que son caballos me-dio complicados, de mucho temperamento, sobre todos los que vienen del Lircay. Una vez, a Leonardo García, quien tenía hijos del Flotante (hijo del Lircay), le conté que tenía caballos con el Flotante por arriba y por abajo y me respondió 'estás loco, quién los para a esos, si son trenes'. El punto es que sí son de mucho temperamento y hay que amansarlos y trabajarlos con mucho cuidado, son muy susceptibles. Yo tengo caballos que me han corrido por varios años y sin machucarlos. Es por eso que hay que ser pacientes en la amansa, en el arreglo, y de hecho andan varios caballos corriendo acá en la zona, incluso no hechos por nosotros, y es porque tuvieron la debida paciencia", comenta.

Lavín dice que su preocupación es la funcionalidad: "Ahí yo le aprendí a don Ramón Cardemil, que decía que había que elegir la función. Yo incluso tuve un hijo del Bozalillo y todos me preguntaban por qué lo había dejado, y yo les respondía que el potro no era bonito, pero la sangre que tiene es extraordinaria. Ahora tengo unos potrillos hijos de él que ahora son muy buenos, y que Sebastián Badilla los completó".

Noticias Relacionadas

Accesos Directos Rodeo

Bienestar Animal

Clasificatorios y Campeonato Nacional

Buscar Campaña

Reglamentos

Cuerpo de Jurados

Causas Tribunal de Honor

Asociaciones de Rodeo

Seguro de Accidentes

Circulares

Historico de Planillas

Historia del Rodeo

Accesos Directos Criadores

Fomulario de Denuncia ABIGEATO

Asociaciones de Criadores

Manual de Buenas Practicas

Pruebas Funcionales

Criadores TV

Boletin Criadores

Desarrollado por Agencia PM Digital