- Reportaje recopilado de la sección de las Asociaciones del Anuario de la Federación Criadores de Caballos Raza Chilena de 2018.

Corría 1997 y el 49° Campeonato Nacional de Rodeo se disputaba por primera vez en la Medialuna Monumental y en la cancha del flamante recinto rancagüino la collera de Alejandro Alvariño y Héctor Navarro en el Amuleto y la Morenita sumaban 33 puntos para quedarse con los máximos honores.

Y este título es un hecho que en la Zona Norte de Chile recuerdan con orgullo, puesto que la yegua Morenita es nacida y criada en Ovalle. Allá mismo es donde inició una silenciosa ruta que terminó con el título nacional, tras lo cual incluso fue comprada por don Italo Zunino Muratori.

Fue Pablo Corral, reconocido jinete y arreglador, quien la descubrió cuando trabajaba para el Criadero Santa Verónica de Ovalle, propiedad de Arturo del Solar.

"Esa yegua era del criadero de don Arturo del Solar acá en Ovalle, y en ese tiempo yo estaba corriendo con su hijo, José Tomás, y me pidió si le podía trabajar unos caballos, y a mí me gusta el arreglo, acepté y empezamos. La verdad era una yegua muy habilosa, era una yegua negra bien bonita, cariblanca. Don Arturo mantenía muy bien los caballos, y eso hacía que luciera aún más encachada", cuenta de entrada Corral.

El jinete dice que la habilidad de la Morenita quedó rápidamente demostrada: "Después de cuatro o cinco meses le había puesto toro, y mostró hartas condiciones, vino el 'Nato' Dinamarca, que estaba trabajando en Ñuble con Raúl Álamos, y la vio y le encantó y se la llevaron para el sur junto a otros caballos más. Se fue bien topeada y ya con cinco años, y después de tenerla en Chillán, la compró el señor Alvariño, quien la juntó con el Amuleto, siendo campeona de Chile, y después de eso, la compró don Italo Zunino y la dejó para la reproducción en el Criadero Agua de Los Campos", narró Corral.

Corral dice que la ascendencia de la Morenita marcó mucho lo que pasaría con ella en las quinchas: "Era hija del Las Hualtatas Tabalí, que era hijo del Vallenar Pajonal, que es un gran potro que estuvo acá en el norte y que dejó bastante huella. Por abajo, era hija de la Chocoa Ovallina, que era nieta del Raco, así es que tenía Taco y Salteador, y era muy buena corriendo", dijo.

Corral contó que los primeros años en el norte le dieron a la yegua una rusticidad que no se ve en el sur y explicó que esa característica es muy marcada en los caballos que se dan en el norte.

"Tenía una rusticidad mejor, y eso se nota en la uña de los cascos de casi todos los caballos que se dan en el norte. Son más duros, porque acá en el norte hay años buenos y años malos en cuanto a las lluvias, y eso los hace más firmes. A mí parecer se dan muy buenos caballos. La Morenita era muy elegante para galopar, y cuando se fue, pese a que estaba nueva, estaba topeada y mostraba muchas habilidades", finalizó.