La crianza familiar de Peter Almonacid en la Patagonia

- Reportaje recopilado de la sección de las Asociaciones del Anuario de la Federación Criadores de Caballos Raza Chilena de 2019.

Criar en Magallanes no es fácil. Bien lo saben quienes hacen patria con el Caballo Chileno, no obstante, en el Criadero Santa Emilia, propiedad de don Peter Almonacid, las complicaciones propias de la zona las llevan a cuesta de mejor manera gracias a que hacen de la crianza una actividad familiar.

Si bien Almonacid partió hace ya más de cuatro décadas en la crianza con el Criadero Llau Llau, recién desde los 90 está realmente dedicado al tema a través de su segundo intento: el Santa Emilia.

"Mi primer caballo que tuve la dicha de inscribir aquí en Magallanes, donde es complicado criar, fue en el año 1975, cuando yo tenía 13 años. Yo empecé a correr aquí en Magallanes como a los ocho años, y un tío me regaló una yegua, le pusimos potro y ahí empecé con el primer criadero que se llamaba Llau Llau, y ahí tuvimos una yegua que era muy buena, la Envidia, que tenía sangre del Quebrado", cuenta don Peter.

"De ahí estuve harto tiempo solamente dedicado a correr, así que ese caballo prácticamente no tuvo crías. Lamentablemente con la sangre que tenía, que era muy buena acá en Magallanes, y a nivel de todo Chile, ese caballo no se reprodujo y después se me murió. De ahí estuve un tiempo dedicado a las motos, me perdí un poco y cambié mi sistema de vida, y el año 92 vuelvo de lleno a lo que son los caballos del Santa Emilia, donde me tomé un poquito más en serio esta cosa y ahora estoy en pleno reproduciendo y trabajando caballos en este momento", añade.

"Hace seis años atrás compré un campito cerca de Pemuco y la crianza la tengo acá en Magallanes, pero ya estamos trabajando caballos allá, porque aquí es harto complicado que vengan arregladores, por el tema del clima más que nada", explica en relación a su caballada, dedicada sobre todo a salir a rodeos.

"Yo más que criador, me gusta más correr, pero estuve tiempo dedicado a comprar caballos hechos. Ahora bien, con familia la cosa cambia, porque mis hijos , Loreto y Diego, se entusiasmaron con la crianza y me acompañan en todo", agrega.

"Ahora estamos criando a Las Callanas Chuto Viejo, que es un hijo del Capuchino y es un potro que llegó a Magallanes gracias a una donación que hizo Gonzalo Vial, y también con un hijo de El Pluma Blanca, el Plumero, que lo trajo Jorge Beattie, del Criadero Tierra del Fuego", explica en relación a lo que está reproduciendo.

"La idea correr como criadero, la idea es que nosotros no compremos más caballos, y sacar a correr solamente lo criado y con mis hijos, entonces lo estamos haciendo un tema netamente familiar, salvo de repente un amigo que nos acompaña, porque mi hijo está radicado en Pemuco y está preocupado del campo allá y de los caballos, y está viniendo a correr a la zona de Magallanes", explica Almonacid, quien tiene una idea para motivar la crianza en Magallanes.

"Queremos incentivar la serie criadores acá en Magallanes, porque lamentablemente, hace como cinco años que la tenemos perdida, no se hacen ya hace ratito, y la idea sería juntar unas cuatro o cinco colleras para empezar, porque estamos como con un nuevo aire y la idea es aprovecharlo", remata.

Almonacid dice que es un orgullo correr con los hijos y con lo criado y aunque no se pone grandes metas, sí dice que sería un sueño llegar a Rancagua con las mantas de su criadero.

"Yo he tenido la suerte de llegar dos veces a Rancagua y a los clasificatorios, tres o cuatro veces igual, pero lo ideal sería poder llegar con caballos criados,  y con uno de mis hijos por lo menos", sentencia.